De Juan Ciudad a San Juan de Dios, un itinerario de servicio

Uno de los personajes más importantes del pasado milenio es sin duda, el hombre que ha marcado una época en el campo de La Caridad y el Servicio al prójimo. San Juan de Dios

¿Quién es Juan de Dios?

Reinaba en España el Emperador Carlos V y en la cosmopolita ciudad de Granada vivía “un hombre pobre, bajo y desechado en los ojos de los hombres, pero muy querido y estimado en los ojos de Dios, pues mereció llamarse en apellido Juan de Dios”

            Este hombre era Juan Ciudad Duarte, nacido el año 1495 en un pueblo portugués llamado Montemor o Novo y va a morir en la ciudad de Granda el año 1550. Tenía 55 años cuando muere y es considerado uno de los tesoros más grandes de la ciudad de Granada. Todos le conocían como “el santo.” El apellido de Dios le vino impuesto por un Obispo, que conoció su obra a favor de los pobres y enfermos. Cabe mayor honor para un cristiano, que apellidarse de Dios? Poco sabemos de los primeros años de Juan Ciudad. Sí se sabe que apareció en Oropesa, pueblo de Toledo, España, a la edad de 8 años. En su vida hay grandes lagunas y muchas interrogantes, algunas no resueltas, en relación con su ascendencia, pueblo, familia y vida, hasta situarlo en su juventud. Sí se sabe que vivió más de 29 años en este pueblo toledano, Oropesa, con la familia de Francisco Gil Mayoral. Siendo pastor y leñador gran parte de su vida..

“Siendo mancebo de 22 años le dio  voluntad de irse a la guerra”.

Lucha en compañía del Conde de Oropesa al servicio del Emperador Carlos V, para defender la plaza de Fuenterrabía, atacada por el Rey de Francia Francisco I. Más tarde vuelve a la guerra en Viena para luchar contra los turcos. Finalizada esta experiencia bélica, vuelve a su Oropesa y continúa de leñador y de pastor. Podemos afirmar que la verdadera historia de Juan de Dios, comienza en Granada. El día 20 de Enero del año 1539, fiesta de San Sebastián, es una fecha histórica en la vida de Juan de Dios. A la vera de la Alhambra, en el Campo de los Mártires, predica Juan de Ávila, el apóstol de Andalucía.  Juan  asiste al sermón. No sabemos qué dijo Juan de Ávila en su sermón, pero sí sabemos que el corazón de Juan de Dios quedó tocado, “sus palabras se fijaron en las entrañas y fueron a él eficaces”  dice su biógrafo Castro.

Juan de Dios  parece haberse vuelto loco y grita y se revuelve clamando “misericordia”. El pueblo granadino, que presencia esta situación, se divide: “Unos dicen que está loco, otros que no era sino santo y que aquella obra era de Dios.”  Desde este momento comienza una aventura totalmente inédita en la vida de Juan. Entra en contacto con las personas más marginadas, los enfermos mentales. “Dos hombres honrados, compadecidos, tomaron de la mano a Juan y lo llevaron…. Al Hospital Real de Granada, al manicomio.”  Juan siente en sus carnes el duro tratamiento que se da a estos enfermos y se rebela de ver sufrir a sus hermanos. De esta experiencia surge la conversión a los hombres, que ya serán para Juan “hermanos”.

“Jesucristo me traiga a tiempo y me de gracia para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio y servirles como yo deseo.”

El año 1540 Juan inicia su primera obra, un pequeño hospital en la calle de Lucena. La fama de Juan es grande en Granada. Todo el mundo habla de él. Juan recoge a todos los pobres inválidos, que encuentra, a los niños huérfanos y abandonados, visita y rehabilita a muchas mujeres prostitutas y todo lo hace, sin renta fija salvo la limosna, en la cual, Juan era un verdadero maestro.

“¿Quién se hace bien a si mismo dando a los pobres de Cristo?”

El día 3 de Julio del año 1549 el fuego arrasa el Hospital Real de Granada. Juan acude a sofocar el fuego como un ciudadano más, no para lamentarse sino para entrar y sacar los enfermos de entre las llamas. Fue tal la entrega de Juan a favor de los enfermos, que desde ese momento para los granadinos, Juan adquiere la categoría de santo y su fama recorre todas las calles y plazas de la ciudad de Granada .El mes de Enero del año 1550 Juan cuando va por la calle ve que un niño, que estaba recogiendo leña, se cae al rio Genil. Juan se tira al rio para salvar al niño y como consecuencia de la mojadura a Juan se le declara una pulmonía y enferma gravemente.

El día 8 de Marzo del año 1550 Juan muere. Su entierro fue una auténtica manifestación de duelo y simpatía hacia su persona y hacia su obra. La Iglesia católica le canoniza  el año 1690 y le declara Patrón de los enfermos y de sus Asociaciones. Patrón de los Hospitales. Patrón de los Enfermeros/as y Patrón de los Bomberos.

Gerardo Alonso Matías